La generación de energía es uno de los problemas críticos que enfrentan las sociedades contemporáneas. Como consecuencia de la disminución en la producción y la tendencia a la alza en los precios de los combustibles fósiles, aunado con los efectos climatológicos derivados de la contaminación ambiental producida por los gases de efecto de invernadero, la gran mayoría de los países se encuentran en una búsqueda constante de alternativas energéticas que permitan, tanto disminuir el consumo de combustibles contaminantes como reducir su dependencia en los procesos productivos, con la meta de buscar los caminos que conlleven a una sustentabilidad energética mediante la implementación, uso y adopción de tecnologías viejas, nuevas y emergentes basadas en las Fuentes de Energía Renovables y del uso eficiente de la energía.
INDICE DE CONTENIDO
Las instalaciones fotovoltaicas se dividen en dos grandes grupos en función del objetivo de la mismas:
instalaciones aisladas de la red, cuya finalidad es satisfacer total o parcialmente la demanda de energía eléctrica convencional residencial o de una comunidad, y las instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red, que tienen como objetivo fundamental entregar la energía a la vivienda y la posibilidad de utilizar la red eléctrica pública en horarios sin luz solar.
Instalaciones aisladas de la red
Se emplean en localidades lejanas, que no tienen acceso a la red pública: instalaciones rurales, iluminación de áreas aisladas, telecomunicaciones, balizas o boyas de señalización y bombeo de agua. Estas instalaciones posibilitan dos tipos de suministros según sea el tipo de distribución:
Sistemas centralizados
Consiste en un único gran sistema que cubre las necesidades de un conjunto de usuarios. La ventaja es disminuir los costos del sistema manteniendo la calidad del suministro.
Sistemas descentralizados
Consiste en la instalación de un sistema individual completo en cada vivienda para cubrir sus necesidades; al contrario del anterior, este tiene un mayor costo.
Instalaciones conectadas a la red
En este caso, la red pública actúa como un disipador de energía infinita y acepta toda la energía disponible del sistema fotovoltaico, tanto de centrales fotovoltaicas como de los instalados en viviendas y edificios. Este sistema requiere de condiciones de funcionamiento diferentes a la solución aislada, no necesita de subsistema de almacenamiento, y el sistema de regulación cumple la función de indicar al inversor de energía la disponibilidad en cada momento en los paneles (el punto de máxima potencia); este sistema conlleva, además, un beneficio económico: "huertos solares".
Instalaciones Híbridas
Son aquellas que combinan los módulos fotovoltaicos con una o más fuentes energéticas auxiliares, como pueden ser los aerogeneradores, o los motores Diesel. Este sistema es más fiable que los anteriores, ya que al disminuir la captación y generación de electricidad del sistema fotovoltaico, el suministro no se ve comprometido al ser complementado por otro tipo de generación ya sea renovable o no renovable.
Conclusión
La energía solar fotovoltaica es de una flexibilidad muy grande, ya que sus aplicaciones son enormes y el costo de adquisición no es grande si se suman sinergias como por ejemplo el de las comunidades energéticas, ya sean aisladas o conectadas a la red. Esta última cuenta con la burocracia de cada ciudad o país, ya que estamos utilizando la red de energía y esta debe ser regulada por seguridad de la ciudadanía. En cambio en un sistema aislado, lo recomendable es acudir a profesionales capacitados para dichas instalaciones, ya que no cuentan con un marco regulatorio y la energía que se produce se queda para consumo de ese lugar, ya sea una vivienda o un grupo de viviendas.
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