Las buenas noticias merecen ser compartidas y en nuestro caso, aún más si tienen que ver con energía renovable y específicamente las oportunidades que vendrán para la fotovoltaica.
El mercado laboral en Europa será una de las zonas del mundo más beneficiadas por la aplicación del Acuerdo de París contra el cambio climático. Apostar por las energías renovables e invertir para contener las emisiones de CO2 aumentará el empleo en 2030 un 0,5% más de lo previsto en la Unión Europea. De esta mejora, Bélgica, España y Alemania salen más favorecidas que el resto.
El potencial de la fotovoltaica y el impacto en la construcción se traducirían en España en 200.000 empleos más para ese año, un 0,9% adicional, según Eurofound.
Cumplir el Acuerdo de París implica que todos los países de la UE deben adoptar medidas pronto y eso tendrá un impacto sobre la economía y el empleo. Para averiguar esto último, la agencia tripartita europea Eurofound, integrada por la UE, los sindicatos y las patronales continentales, ha elaborado un informe en el que calcula que el impulso de energías renovables, la sustitución de fuentes fósiles y todos los efectos indirectos que se generan añadirán unos 2,4 millones de empleos a la UE en 2030. La base del cálculo de Eurofound son los 243,24 millones de puestos de trabajo para ese año que prevén esta agencia y Cedefop, la dedicada a las políticas de educación y formación profesional en la UE en un informe del pasado diciembre.
De esos 2,4 millones de empleos adicionales por la aplicación del Acuerdo de París, a España le corresponden unos 214.000, ya que la mejora sobre ese escenario base es de un 0,9%. Solo Bélgica supera la evolución prevista para España y, tras ella, Alemania.
Los mayores beneficios para el mercado laboral español se deben al potencial de desarrollo que tiene la energía fotovoltaica, apunta el investigador jefe de Eurofound. El estudio también señala a la caída de precios de la electricidad que se espera por el desarrollo de esta fuente energética. “Esto impulsará el consumo, ya que aumentará el dinero en los bolsillos de los hogares”, añade.
España vivió desde principios de siglo un boom de la energía eólica (que ahora acumula casi la mitad de la electricidad renovable generada en el país). A finales de la década pasada, se empezó a vivir un crecimiento similar en la fotovoltaica. Sin embargo, un mal diseño de las políticas de primas, hizo que se provocara un parón importante. Ahora, aunque también se estima un crecimiento de la eólica en la próxima década, todos miran a la fotovoltaica debido, en parte, a la enorme caída de los costes de producción de esta tecnología y al futuro desarrollo del autoconsumo.
Los países que menos se beneficiarán del tirón del empleo por esta adaptación a las exigencias de París son los que menos dependen de la importación de petróleo o los que ya tienen los deberes hechos. En este último caso, se sitúa Dinamarca, “que ya ha avanzado en el consumo de energía renovables y eficiencia energética, así que las inversiones que requiere para acercarse a los objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono son pequeñas”.
Fuente El País
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