¿Tú también sueñas con que la energía te salga gratis? O lo que todavía es mejor, quedar súper bien con tu cliente y conseguir que sea él quien pueda autoproducir todos sus consumos con un sistema fotovoltaico que tú le vendas.
Pues despierta porque puedes conseguirlo, pero tienes que tener algunas cositas en cuenta y además, saber que no en todos los casos es posible por lo que tienes que prestar mucha atención a lo que sigue.
El Sol sí que cumple
A pesar de lo larga o traviesa que la noche haya podido ser, el Sol siempre saldrá por la mañana, todos los días y sin descanso, haga frío llueva o granice. Simplemente ahí estará.
Esto que parece una obviedad es una de las enormes ventajas que la energía solar tiene sobre otras tecnologías renovables porque se puede hacer una previsión bastante certera de la cantidad de radiación solar que va a haber durante un periodo de tiempo (mes, año…).
Desde hace décadas hay satélites observando la energía solar que recibe La Tierra por lo que contamos con históricos de datos bastante fiables que permiten saber la cantidad de energía que puedes recibir en cualquier punto de la Tierra.
Más vale que falte y no que sobre (autoconsumo)
El diseño de una instalación fotovoltaica en autoconsumo va a pivotar sobre dos pilares que no puedes olvidar: el consumo de electricidad que se tiene y la radiación solar del lugar.
Si no tienes o consigues estos datos ya puedes olvidarte de hacer un diseño apropiado. Más bien estarás haciendo algo así como jugar a la lotería y a ver si aciertas…
El consumo es tu meta, es la cantidad de energía que quieres llegar a producir con el sol, es tu objetivo, tu propósito… Está ahí y tienes que ir a por él lo más certero que puedas.
La radiación solar es tu motor, es tu gasolina, es la razón de vida del sistema fotovoltaico. Tienes que conocerla muy bien para aprovecharte lo máximo de la energía que te va a compartir (sé egoísta).
Con estos dos pilares fichados y observados te queda aplicar el rendimiento de un sistema fotovoltaico, es decir, conocer la cantidad de energía solar que se convierte en electricidad. Se entiende que un proyecto fotovoltaico estándar con paneles colocados con orientación e inclinación óptima el rendimiento es de al menos un 78% aprox.
Si tienes estos datos, calcular la potencia del sistema es sencillo. La energía a producir (consumo) será igual a la cantidad de energía solar que se recibe aplicando el rendimiento.
OJO, no produzcas más energía de la que vayas a consumir, porque es energía que estás derrochando. En el mejor de los casos puede que te la compren, pero entonces ya no estarías hablando de autoconsumo, sino de venta y son conceptos y propósitos muy diferentes.
Mejor quédate por debajo que siempre podrás ampliar el sistema hasta llegar al objetivo.
El tamaño sí que importa
Supongamos que llegas a este punto, tienes tu sistema definido, la potencia fotovoltaica clara y ya estás buscando los módulos que te gustan pero… ¿HAS COMPROBADO SI TIENES ESPACIO?
Si no lo has hecho no caminas sólo. Hay muchos en este sector que se les “olvida” comprobar si la potencia calculada realmente cabe y cuando se suben al techo con todos los equipos, materiales y personal preparados para la instalación empiezan los “sinsudores”, los ¡madre mía!, los ¡ay señor! y los ¿Qué hago ahora? Y ¿Cómo se lo digo al cliente? Una situación incómoda que hay que torear, no siempre con un resultado satisfactorio.
Si consigues salvar el pellejo o lo que aún es mejor, te das cuenta de que no te cabe todo lo calculado, no pasa absolutamente nada porque el ahorro es directamente proporcional a la potencia fotovoltaica. Si sólo te cabe el 90% de lo que te gustaría, ahorrarás el 90% de los consumos.
En fotovoltaica el tamaño sí importa.
Comments